Las caricias incipientes, alternadas con suspiros entrecortados. La tibieza de la piel, oculta en la oscuridad desgarradora, susurros silentes, casi inaudibles, llenan el aire despacio. El cuerpo en la cercanía del otro, el calor que se desprende de aquel encuentro furtivo.
Prohibido.
No tienen que dejarse oír. Ambos lo saben. Pero las emociones son más fuertes y los deseos los embargan por doquier. Besos suaves y apretados. Abrazos sin la intención de dejarse ir. Ojos oscuros, observan a su acompañante, suave sonrisa en los labios, mirada traviesa. El chico toma fuertemente el rostro de la muchacha, atrayéndola contra él.
Porque no pueden.
En aquella sociedad no lo entenderían, ni lo querrían entender. Porque en aquel mundo, sus destinos no pueden unirse...porque en aquel tiempo, sus almas tan distintas tienen prohibido juntarse.
Se esconden de la gente, intentando vivir su amor en secreto. Huyen de las personas y de las preguntas. Y ante los demás, son dos personas que no se conocen ni se hablan.
La tibieza del roce entre aquellos cuerpos, las manos temblorosas acariciando el cuerpo del otro, la entrega total entre ambos, compensaba lo demás.
-Te quiero - voz intensa en la penumbra, mientras en aquel rincón ambos comparten su amor, alejados de las miradas inquisidoras, de los murmullos y del qué dirán.
En aquel cuarto, son tan sólo una pareja que se quiere, son dos personas comunes y corrientes. Ella lo abraza apretadamente, sintiendo la firme espalda bajo sus dedos, mientras que ambos se olvidan de lo demás por aquel instante. Tan sólo ellos.
Porque mañana volverán a la realidad. Porque tendrán que fingir no conocerse, fingir no sentir nada, y seguir cada día con la rutina de siempre, entre cámaras y flashes que no los dejan ni a sol ni a sombra.
Porque en aquel mundo, tenían prohibido el siquiera, dirigir su mirada al otro.
Prohibido.
No tienen que dejarse oír. Ambos lo saben. Pero las emociones son más fuertes y los deseos los embargan por doquier. Besos suaves y apretados. Abrazos sin la intención de dejarse ir. Ojos oscuros, observan a su acompañante, suave sonrisa en los labios, mirada traviesa. El chico toma fuertemente el rostro de la muchacha, atrayéndola contra él.
Porque no pueden.
En aquella sociedad no lo entenderían, ni lo querrían entender. Porque en aquel mundo, sus destinos no pueden unirse...porque en aquel tiempo, sus almas tan distintas tienen prohibido juntarse.
Se esconden de la gente, intentando vivir su amor en secreto. Huyen de las personas y de las preguntas. Y ante los demás, son dos personas que no se conocen ni se hablan.
La tibieza del roce entre aquellos cuerpos, las manos temblorosas acariciando el cuerpo del otro, la entrega total entre ambos, compensaba lo demás.
-Te quiero - voz intensa en la penumbra, mientras en aquel rincón ambos comparten su amor, alejados de las miradas inquisidoras, de los murmullos y del qué dirán.
En aquel cuarto, son tan sólo una pareja que se quiere, son dos personas comunes y corrientes. Ella lo abraza apretadamente, sintiendo la firme espalda bajo sus dedos, mientras que ambos se olvidan de lo demás por aquel instante. Tan sólo ellos.
Porque mañana volverán a la realidad. Porque tendrán que fingir no conocerse, fingir no sentir nada, y seguir cada día con la rutina de siempre, entre cámaras y flashes que no los dejan ni a sol ni a sombra.
Porque en aquel mundo, tenían prohibido el siquiera, dirigir su mirada al otro.
Que sepas que me encantó, aunque es muy triste. En un primer momento me sonó a dorama histórico pero lo de las cámaras me lo echó a perder. Que sepas que de prota puse a mi Taec.
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