Un salón rodeada de conocidos. Gente riendo, personas de mi antiguo colegio. Colores y sonidos agradables. Una sorpresa. Ni siquiera se me hubiese pasado por la mente. Y estaban todos allí.
Pero en aquel momento, una pareja apareció. Ella, extremados ojos azules, mirada segura, largo cabello oscuro...y él...eras tú. No podía confundirte. Tus ojos verdes y el cabello revuelto azabache te delataban ante mi. Venías con ella.
Cuánto tiempo había pasado? Meses quizás? No había podido hablarte, ni siquiera verte a la distancia. Y ahora te vislumbraba, tan hermoso como siempre, atrayente...pero con ella.
Pero en aquel momento, una pareja apareció. Ella, extremados ojos azules, mirada segura, largo cabello oscuro...y él...eras tú. No podía confundirte. Tus ojos verdes y el cabello revuelto azabache te delataban ante mi. Venías con ella.
Cuánto tiempo había pasado? Meses quizás? No había podido hablarte, ni siquiera verte a la distancia. Y ahora te vislumbraba, tan hermoso como siempre, atrayente...pero con ella.
Y mis ojos buscaron los tuyos inmediatamente, mas no pudieron verles como antaño. Ya no eran los mismos que me observaban en el pasado.
Y dolió. No sabes cómo.
Intenté obviar el hecho de que ella te abrazaba, te besaba a la vista y paciencia de todos, te sonreía, al igual que tu a ella. Y mi corazón se apretó como si lo estuviesen amarrando, dejándome casi sin poder respirar. No podía entenderlo. No quería.
Me traían un regalo. Lo abrí despacio y una pequeña ropita de bebé apareció. Y ante aquello, todo se desvaneció. Porque en mis manos estaba lo que mi hijo jamás podría usar, por que ya no estaba. Y mis ojos se llenaron de lágrimas al recordarlo.
Te observé en ese instante. Tú no tenías la culpa, no tenías como saber que ya no existía. Y no puedo culparte tampoco. Pero ya no era sólo que estuvieses allí con ella, sino que el dolor por mi pérdida se mezclaba con la asfixia de saberte en brazos de otra, de saberte complacido con otra.
Y no pude aguantarlo. Recuerdo como desaparecí de tu vista, sin saber que realmente hacer. Y como tuve que fingir ante los demás que todo estaba bien, que estaba feliz, que la fiesta era perfecta.
Por que no podía demostrar el dolor que en ese momento me carcomía por dentro, no podía ir y separarte de ella con todas mis fuerzas, no podía decirte cuanto te echaba de menos y cuanto te había necesitado aquellos meses. No podía decirte lo que realmente quería. Y tenía que ocultarlo detrás de una risa falsa, una felicidad extinta. Una careta.
Y al término de la fiesta, huí para alejarme de todo, no quería saber nada de nadie. Ya no. Ya no quería ver rostros, porque sentía que se burlaban uno a uno de mi. Risas ajenas y sombras pasajeras.
Por que no podía demostrar el dolor que en ese momento me carcomía por dentro, no podía ir y separarte de ella con todas mis fuerzas, no podía decirte cuanto te echaba de menos y cuanto te había necesitado aquellos meses. No podía decirte lo que realmente quería. Y tenía que ocultarlo detrás de una risa falsa, una felicidad extinta. Una careta.
Y al término de la fiesta, huí para alejarme de todo, no quería saber nada de nadie. Ya no. Ya no quería ver rostros, porque sentía que se burlaban uno a uno de mi. Risas ajenas y sombras pasajeras.
Tu recuerdo vívidamente en mi mente. Tus besos y abrazos, ya no para mi. Ya no.
Los pasillos me cobijaron en su soledad y completa oscuridad. No sabía si ya había llegado a mi límite. Lo he hecho? Toqué fondo? Y a lo lejos, soy capaz de escucharte otra vez. Tu preciosa voz es inconfundible a mis oidos, no la confundiría nunca.
Y te persigo, porque en el fondo, lo único que quiero es poder estar en tu cercanía. Lo único que añoro es saberme nuevamente necesitada por ti. Egoista? Si.
Y el llanto se acrecienta, cuando logro encontrarte, pero no en soledad. Con ella, nuevamente, ambos embebidos en su encuentro, en su entrega. Besos y caricias, mientras soy muda espectadora de todo.
Los pasillos me cobijaron en su soledad y completa oscuridad. No sabía si ya había llegado a mi límite. Lo he hecho? Toqué fondo? Y a lo lejos, soy capaz de escucharte otra vez. Tu preciosa voz es inconfundible a mis oidos, no la confundiría nunca.
Y te persigo, porque en el fondo, lo único que quiero es poder estar en tu cercanía. Lo único que añoro es saberme nuevamente necesitada por ti. Egoista? Si.
Y el llanto se acrecienta, cuando logro encontrarte, pero no en soledad. Con ella, nuevamente, ambos embebidos en su encuentro, en su entrega. Besos y caricias, mientras soy muda espectadora de todo.
Y me derrumbo nuevamente, sabiendo que tendré que seguir adelante, pese a todo.
Olvidarte? No estoy segura, si te soy sincera. No creo que pueda. Ya no sé.
Angelito
Olvidarte? No estoy segura, si te soy sincera. No creo que pueda. Ya no sé.
Angelito
Me ha gustado la historia aunque es muy triste y desgarradora. Te deja un sabor amargo en la boca por lo que pudo ser pero no fue.
ResponderEliminarComo siempre, seguiré esperando con ganas tus escritos.
Espero que todo vaya bien y que puedas tener internet durante la semana.