Encerrada en mi habitación, intento recordar la última vez que estuve contigo sin discutir. Intento recordar la última vez, que pude ver tu sonrisa junto a mi. Intento recordar la última vez, que sentí tu mirada fija en mi.
Por que tu recuerdo revolotea en mi mente, inundando mis pensamientos, mientras tus jades ojos parecen vívidos recuerdos en mi interior. Tu intensa mirada y ese toque irónico que te caracteriza. Ese andar seguro que demuestras al pasar y esa indiferencia que a ratos, me atormenta.
Esa personalidad que llevas contigo adonde quieras que vayas.
Y aún así, es aquello lo que más me atrae, tu forma de ser, tan cerrada a veces, pero que a ratos, deja entrever lo que verdaderamente sientes, aunque no sea a todas las personas. Esa pequeña sonrisa sincera que se deja asomar a tus labios, esos hoyuelos que enmarcan tu rostro, largas pestañas adornando tus ojos y las gotitas de oro que rodean el verde de tu mirada.
Todo aquello, me llena de sentimientos. Tu seguridad en tí mismo, tu valor y la determinación en tus desiciones, a pesar que ellas, quieran alejarme de ti.
Todo. Todo me encanta, hasta tu más perfecto error. Todo. Todo lo que esconde tu persona, esa sonrisa a medias y esa mirada intensa.
Defectos y virtudes.
Y no pretendo que cambies, pues no tengo el derecho a pedirlo. Así eres y así te quiero. Aunque me creas incapaz de hacerlo.
Y aún aquí, sigo imaginando tu reflejo junto a mi.
Angelito
Hemos hablado cuantas veces de reflejos, pasados y melodías imposibles.
ResponderEliminarNo creo que volvamos a cantar juntos.
Pero espero que entiendas que hay motivos para todas las cosas. Y uno de ellos es que debes crecer y llevar tu vida sin guías de nadie.
Vampiro.