Vacío

Te busco por los pasillos abandonados. El silencio reina en la atmosfera. Y no te encuentro. No encuentro tu silueta por ninguna parte. Y los minutos pasan rápidamente, convirtiéndose en horas en unos instantes.

Meses. Meses sin poder hablarte siquiera. Y cuando te tuve tan cerca, a pesar de ser por razones erróneas, un castigo, y aún asi el sentirte tan lejos, es una sensación que creía extinta.

Pero no lo es. A pesar del paso del tiempo y de que a mi misma me he engañado, diciéndome que ya no siento cosas por ti, la verdad no puede ocultarse. Por que irremediablemente, aún persistes en mi interior.

He buscado maneras de distraerme, intentando cosas nuevas, intentando no pensar en ti, sin mucho resultado. Porque cada cosa me recuerda a ti, palabras e imágenes y los sentimientos nuevamente dominan mi cuerpo.

Y vuelvo a sentir dolor y angustia al percatarme de tu indiferencia con la que me tratas en cuanto me ves. Tal parece, has podido ignorarme por completo...y yo, aún puedo sentir ese vacío en mi pecho, que no puede ser llenado con nada. Uno con el cual he ido viviendo estos meses.

-No te vayas...-susurro y me percato de tu detención a la distancia. Tan sólo un segundo, mas luego reanudas tu marcha para perderte de mi vista.

Y no puedo volver a encontrarte. No puedo aceptar el que ya ni siquiera quieras hablarme.

Y aún así, a pesar de todo, intento cumplir tu promesa. Aquella promesa que acepté hace tantos meses atrás y que siento, fue la lejanía que hoy tenemos. Porque siento la necesidad de poder buscarte, mas no me he acercado, por más que mis sentimientos gritasen por dentro y reclamasen tu cercanía.

Te lo prometí, recuerdas?

Y siento que me vuelvo loca de a poco. Casi sin percatarme.

Por que aún sigo buscándote aunque nadie lo note, porque a pesar de lo que los demás crean, no dejo de pensar en ti, porque a pesar de haber controlado mis expresiones, no dejo de gritar tu nombre en mis labios sellados. No dejo de ansiar tu presencia junto a mi. No dejo de desear poder acercarme otra vez.

Y ya han pasado tres horas casi. Y no he sido capaz de vislumbrarte siquiera, aunque mi corazón siga llamandote.

-Me doy cuenta que no quieres hablar conmigo.

Observo los pasillos ajenos a esta realidad. Y continuo a la espera de que algo pudiese ocurrir, que me salvara del vacío que amenaza por terminar de consumirme.

Angelito